viernes, 6 de noviembre de 2009

uyuni (20,21,22 de octubre)

El salar. Uyuni es famoso por la cantidad de sal que hay. Cuenta la leyenda que el salar, esa enorme extensión de sal, saltó al mundo porque Armstrong desde el espacio lo vio y no descansó hasta que fue a visitarlo en persona. Desde el cielo se ve como algo así http://maps.google.com.ar/maps?f=q&source=s_q&hl=es&geocode=&q=uyuni&sll=-38.341656,-63.28125&sspn=31.496256,56.513672&ie=UTF8&hq=&hnear=Uyuni,+Rep%C3%BAblica+de+Bolivia&ll=-20.46035,-66.824966&spn=18.826488,28.256836&t=h&z=5 Obviamente que la gente que vivía cerca lo conocía de toda la vida, pero dudo que nadie lo conociera por dentro, ni siquiera la gente del lugar. El salar es un lugar de muerte, o de no vida. En la sal nada crece, sobre la sal nada vive y esta sal se extiende hasta donde alcanza la vista por un terreno que podría engullir toda Murcia sin problemas. Imaginaos recorred la provincia de Murcia sobre la sal, con un sol de justicia todo el rato reflejado sobre el suelo y cegando los ojos, como si estuvieras andando sobre la nieve. La verdad es que no invita a visitarlo por ejemplo, a caballo. Más bien uno lo hace ahora, en 4x4, con un guía que conduce por las improvisadas carreteras de sal como si estuviera en el barrio y que cambia las ruedas a pares si hace falta, porque el coche necesita siempre alguna reparación.
El salar parece increible desde el satélite, pero es todavía más increible desde ahí abajo. Un amigo mío dijo una vez que el salar era como un inmenso plato de arroz con leche del tamaño de navarra. La imagen se me quedó grabada en la cabeza porque no me gusta el arroz con leche, pero una vez que llegué allí y me puse a andar sobre el arroz con leche la imagen me acabó gustando. Lo único es que el arroz con leche estaba muy salado.
El salar en otro tiempo fue un mar. Ahora se encuentra a 4000 metros de altitud. En las islas que lo pueblan sin embargo, las rocas de la orilla todavía tienen restos de corales pegados, fosilizados.
La "excursión" por el salar fueron tres días. Obviamente no os lo voy a poner todo en un post, pero de momento os dejo con las fotos de la primera parte: la sal. No sé si os habréis dado cuenta, pero en las fotos la planicie de sal llega hasta donde la vista alcanza y así es en realidad. Por un lado se ven los picos de las montañas, por el otro... por el otro no se ve nada, nada.
La siguiente parada chicos... la isla.



De esta piscinita sale el agua salada que se extiende por la planicie y cada año va aumentando la costra de sal que es el salar.

El coche parece una reliquia... pero realmente lo era.

Una imagen vale más que mil palabras, bueno esta en realidad vale unas 348, de saldo os la dejo.



La sal se junta en formas geométricas siempre regulares, parece increible que por un momento la naturaleza deje de ser tan caprichosa y se ponga a trabajar de forma tan ordenada.

Aquí estamos buscando cristales de sal. En medio de la extensión interminable de la planicie se abren de pronto agujeros en los que se esconden bellos tesoros. Hay que meter la mano y escarbar entre los pedazos de sal. De pronto uno saca rocas enteras de formas cuadradas y colores imposibles dentro del infinito blanco del que han salido.


He aquí los agujeritos.

Este es otro capítulo que os mostraré más adelante... el cementerio de trenes.

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