He llegado a Montevideo con el caranaval. No estaba preparado, pero casi mejor, la sorpresa fue mayor y el placer para que contar. Lo primero que me esperaba eran las llamadas. Las llamadas son los arrebatos candomberos de Montevideo. El candombe es la expresión africana de Uruguay, un ritmo de tambores que se toca en cuerdas de intérpretes que avanzan al paso lento de las cadenas que antaño les ataban por los pies. Los tambores cuando salían a la calle ya fuera en alguna fiesta o de forma improvisada se llamaban los unos a los otros, comenzaban a sonar y a juntarse. Las bodas, los funerales, la antiguas fiestas africanas transformadas por la esclavitud. Todo podía ser una excusa para sacar los tambores a la calle. Sin embargo no estaban bien vistos por los señores porque en ellos se podía escuchar el recuerdo de la libertad perdida, de las tradciones no cristianas, así que generalmente quedaban relegados a un par de días en el carnaval. Con el paso de los años, el final de la esclavitud y los cambios políticos, la fiesta fue cuajando como parte de la tradición uruguaya y hoy en día es parte indispensable del carnaval. Todo Montevideo se junta en las llamadas para bailar y gozar con las comparsas de negros y lubolos. Si hace unos años las llamadas eran algo exclusivamente negro ahora son de todo Uruguay. En las comparsas participan todas las razas. Los negros van de negros y los blancos también, se pintan el rostro convirtiéndose en lubolos. Son agrupaciones de barrio, gente que se conoce de compartir el mismo espacio y que practica todo el año para poner un espectáculo en pie, no por el dinero, ni por la fama, sino para pasárselo bien, para disfrutar un día de la magia de un día.
Si las comparsas son el carnaval negro de Uruguay, las murgas son el carnaval blanco. Las murgas son también agrupaciones de barrio, gente que durante todo el año compone música y letras, diseña vestuarios, prepara una coreografía y todo para luego durante un mes llevarla por los tablados que llenan la ciudad. En un tablado actuan en una noche unas tres o cuatro murgas, quizá en lugar de una de las murgas está una comparsa o unos parodistas. En Montevideo la murga es Uruguaya, pero para cualquiera que venga de España la murga es gaditana y se parecen, son primos hermanos, uno de esos casos de ida y vuelta que han unido los dos continentes a pesar del océano que les separaba. Cuando la murga termina los componentes hacen un paseillo en el que se mezclan con el público que les apalude de pie. Se besan, se hacen fotos y los percusionistas hacen una pequeña demostración entre la gente.
Voy a poner aquí algunas de las imágenes que me encontré por Montevideo. Este post no ha salido muy para allá pero por lo menos hay imágenes para que os hagais una idea.
Este edificio extraño domina toda la ciudad desde la plaza de Artigas. Casi nadie se fija pero tiene unos frisos espectaculares de hierro fundido.
Estas son algunas de las imágenes callejeras de la ciudad.
Y aquí está la gente maravillosa con la que me junté por ahí. Carlos, ¿de qué te ríes?
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