El dinero en Argentina debe ser carísimo. No es que las cosas sean impresionantemente caras. Digamos que son más caras que en todo el trayecto desde Colombia, pero no es ese el problema, yo estoy hablando de lo que debe costar el dinero en sí. ¿Qué por qué? pues porque los billetes, que no tienen apenas diez años, se deshacen en las manos. A uno le da vergüenza rechazar uno de esos papeles rotos y golpeados por la vida que ya no tienen color ni a dinero ni a nada, más vergüenza le da entregárselo a otro y que te lo rechacen. Los billetes están llenos de celofán, hay huecos en sus cuerpos de papel que dejan ver el infinito detrás o la mano que lo aguanta. Mirar por el dinero ya no es un chiste, es una realidad, uno le echa un ojo a uno de estos billetes de dos pesos y lo atraviesa con la mirada.
Si pensais que exagero... bueno una imagen vale más que mil palabras.

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