domingo, 31 de mayo de 2009

sábado, 30 de mayo de 2009

tayrona








más fotos del tayrona











































a ver quien descubre al animal que hay en esta foto.














































eso que veis ahí es trabajo de las hormigas.























y esto del hombre.

jueves, 28 de mayo de 2009

santa marta y el tayrona

Bueno, finalmente y después de ese viaje llegué a Santa Marta. Tuve que renovar mi visado en la oficina de inmigración un trámite sencillo pero que aun así me llevó toda la mañana entre idas y venidas por una foto, una fotocopia y eso teniendo en cuenta que llevaba ya conmigo las fotos, los papeles y el dinero que diligentemente ingresé en Cartagena. Con eso y todo tuve que esperar y rogar que me lo hicieran para poder seguir en Colombia. Ahí me di cuenta de que llevaba ya dos meses viajando, dos meses en Colombia. Una vez que lo tuve solucionado cogí parte de mis cosas y me dirigí al Tayrona. El viaje en chiva, un autobús incómodo que va muy lento y que suena mucho (sin que se ofenda mi compañera de viaje). Duró una hora larga y mientras subiamos por la carretera el desierto se iba convirtiendo en selva. Yo llevaba una servilleta en la nariz porque el aire acondicionado del autobús había conseguido doblegarme y no dejaba de salir un líquido lento pero constante de ella. Cuando llegamos, después de los controles de turno del ejército, me vi en la entrada del parque con mi mochila y comencé el viaje a pie hasta el mar. Este es sin duda otro de esos sitios para dar envidia. Después de una hora de camino a pie por senderos de barro rodeado de un verde amable, despejado y soleado, apareció el mar frente a mi. El paisaje habla por si mismo así que no voy a extenderme en descripciones, os dejo con las fotos para que os den la envidia necesaria para que sigais leyendo el blog.




















































































































maniquies

El mundo del maniquí es increible. Me ha surgido la idea de hacer un estudio antropológico a través del maniquí. He pasado por alto tremendas posibilidades que me he encontrado por el mundo, no les he hecho fotos o he tomado apuntes, pero me ronda la idea de que en el maniquí, mientras todavía no esté completamente globalizado, se encuentran claves muy claras sobre como se ven a si mismos los pueblos. Este de aquí lo encontré en Cartagena, pero en realidad los vi más de estos en Medellín, en el siliconvali como le han dado en llamar.
























martes, 26 de mayo de 2009

santa marta no tiene tren y el caimán se fue hace tiempo de barranquilla

Después de Cartagena me fui para Santa Marta. Abandoné la tranquilidad del hostal y el ritmo calmado de Cartagena para ir al mar, a algún sitio donde uno se pudiera bañar. En principio Santa Marta y después el parque Tairona, que obviamente merece un post aparte, para que veais lo que es el Caribe.
Santa Marta se encuentra bajo la sierra nevada que lleva su mismo nombre. Es un imponente macizo que alcanza los 5000 metros y que tiene nieves perpétuas que da de beber a toda la falda de las montañas convirtiendo el desierto que rodea las estribaciones de la sierra en un vergel, una selva impenetrable donde los paramilitares, la guerrilla y el ejército siguen ibrando hoy en día una dura lucha. Pero entre Cartagena y Santa Marta el paisaje tiene otros tonos; mar, desierto y sabana, sin contar con la desembocadura del Magdalena que llena de verdor las orillas de Barranquilla y los pantanos que dan su nombre a Ciénaga. Toda esta zona es zona bananera, de aquella época que dio origen a la expresión República bananera, cuando la United Fruit Company hacía y deshacía el destino de países enteros mediante la producción y comercialización de la fruta, creaba países como Panamá y hacía matar a los que protestaban por las condiciones del trabajo como sucedió en Ciénaga.
Santa Marta se encuentra rodeada de desierto, los cactus dominan los cerros que rodean la ciudad y no permiten sospechar lo que se encuentra tras ellos, a medida que suben y ascienden para llegar a las nubes en el breve espacio de unos kilómetros. De la sierra de Santa Marta provienen poblaciones indígenas como los Kogui o los Arhuacos, que pasean con sus trajes de lino blanco y sus sombreros de fieltro por las calles de la ciudad. Aquí, igual que en Cartagena, los techos son de uralita, no hace falta más, no hace frío, y sólo hace falta protegerse de la lluvia. Como recurso aquí queda la pesca y la construcción que es a lo que se dedica la gente cuando tiene trabajo, sin contar con el turismo claro.

sábado, 23 de mayo de 2009

y más fotos de cartagena

Algunas de las fotos que hice en mis paseos por la ciudad.


























































































Los gallinazos, una especie de condor pequeño, hacen en Cartagena las veces de palomas, la verdad es que son tétricos pero mola más verles moverse por las ramas y volar haciendo círculos sobre la ciudad.






















Cartagena es el mayor puerto de Colombia en cuanto a tráfico de mercancías, a pesar de no ser el puerto más grande.
















































la chiva viajera

Se me había olvidado contaros que tengo un compañero de viaje. En Ráquira me presentaron a una pequeña chiva y juntos decidimos recorrer sudamérica juntos. Ella lo llama el sudamérica chiva tour, pero yo lo llamo apuntarse al carro. En fin que desde entonces me ha acompañado y exige que le haga fotos allá por donde vayamos. Yo hago como que se las hago pero luego exige verlas y además quiere que las ponga en el blog. En fin estas son las que nos hicimos en Cartagena, antes de salir para el Tairona en una terraza que hay en la muralla.




























































La cabrona liga más que yo.


















el inicio de los tatuajes

Después de Belisario fue Giana quien se tatuó o se arregló los que tenía. El estudio de tatuaje al que fuimos estaba junto a la muralla. Allí se había hecho el tatuaje Belisario y fuimos todos dispuestos a hacernos uno también. Por suerte ese día no hubo tiempo para más y los dos últimos nos quedamos sin tatuaje. Yo casi no lo había preparado y no me hubiera quedado contento. Finalmente me lo hice, pero esa es otra historia que contaré más adelante. De momento solo las fotos de Giana siendo torturada.






fotos de cartagena4

historia de un piropo y miradas que matan






































































rapadura, o sirope de azucar con hielo picado