Me perdonareis la horterada, pero viajar significa ir dejando cosas por el camino, Salento ha sido el primer gran amor que he tenido que dejar en este viaje. Llegué de casualidad porque una chica alemana que conocí en Santa Rosa justo el día que ella se iba me dijo que era un sitio agradable. Cuando finalmente decidí irme de Santa Rosa pensé que era una buena opción aunque realmente no sabía que habría allí. Nada más llegar me atrapó una sensación de paz y de tranquilidad que no me abandonó hasta que me fui. El pueblo es el más grande de todo el Quindío por el tamaño de su término municipal, el más antiguo de toda la región., bla, bla, ... pero en realidad es un pueblo pequeñito, el espacio en el que vives y paseas no tiene más de unas cuadras, unas cuadras pequeñas pero inmensas.
Tuve suerte o me estaba esperando lo que me paso alli nada mas llegar? No lo se, el caso es que en cuestion de cinco o seis horas, conocia a todo el pueblo, por lo menos a la gente que merecia la pena. Habia entrado de casualidad en el primer hostal que habia visto que me provoco un minimo para preguntar. Nada mas entrar la duenia, Lili, estaba con visita haciendo empanadas. Me sento y me dijo que me acomodara sin mas y me invito a empanadas. Me gusto el principio asi que me quede... La idea era quedarme un par de dias como mucho. Me quede una semana, pero como vereis mas adelante ocurre mas a menudo de lo que uno se puede imaginar. La pregunta es por que? Pues bien, la historia fue asi. Esa misma noche que llegue, una chica alemana que se quedaba en el hostal, me dijo que me pasara por el bar. Lo hice pero antes me tire unas cuatro horas bebiendo con Lili y una vasca que tambien estaba en el hostal. Alli nos puso al dia del pueblo, de la gente, de sus problemas y de su vida... Despues fuimos al bar y alli conoci al resto del pueblo, una panda de artesanos que se la pasaban disfrutando y atendiendo los puestecitos de artesania que tenian en la calle principal. La chica alemana se iba, era su ultimo dia y habia fiesta en casa de Mercedes y de Righy, asi que fuimos para alla. Alli termine de conocer a todo el mundo. Una gente maravillosa con la que estuve hasta que amanecio y ya directamente quedamos para dentro de dos dias hacer una excursion al rio a tomar un sancocho y beber cerveza. Eso lo dejare para otro post, pero os podeis imaginar que eran de lo mejor del lugar. A la manana siguiente, apenas 24 horas despues de haber llegado, caminaba por el pueblo e iba saludando a la gente que me encontraba. Habia poco mas que hacer, porque el pueblo tiene una calle larga que va de la plaza al alto desde el que se puede contemplar el valle del Cocora.
Mas tarde os mostrare una serie de fotos de Salento, pero me temo que no podran transmitir la calma y el reposo que se respira en sus calles.
Mas tarde os mostrare una serie de fotos de Salento, pero me temo que no podran transmitir la calma y el reposo que se respira en sus calles.
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