Más abajo de la cascada habían hecho unas pequeñas piscinitas naturales de agua caliente, como podeis ver me bañé en ellas como un tarzán andino, pero la sorpresa mayor vendría luego, con la sauna que habían hecho allí con un plástico. Obvimente no pude hacer fotos dentro, pero era impresionante ver como se estaban creando las estalactitas y las estalagmitas delante de tus propios ojos, creciendo por momentos y dejando a su paso todos los tonos del verde y el rojo sobre la roca ya suave y resbaladiza. Me quedé ahí todo el tiempo que pude y finalmente tomamos ya el camino de bajada. A la vuelta el sol había salido y pude ver todo el paisaje que antes estaba debajo de la niebla bajo la luz del sol, mereció la pena, pero como el blogger no me deja poner más fotos en un post, lo pongo en el siguiente.
miércoles, 25 de marzo de 2009
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