sábado, 26 de septiembre de 2009

la vuelta a chiclayo (18 de julio)

De vuelta hacia el sur pasé por Piura literalmente, casi ni paré deprisa corriendo para llegar a Cajamarca y después a Lima. Antes, sin embargo, tenía que volver a pasar por Chiclayo. Allí estaba la tumba del señor de Sipán y del señor de Sicán, probablemente no me diera tiempo a verlo todo, pero tenía que intentar ver algo. Llegué por la mañana después de un terrible viaje nocturno, dejé mis cosas en la consigna, compré el billete para Cajamarca y salí a recorrer las tumbas que me faltaban. Tuve que tomar un tour claro, porque no había tiempo. El tour primero nos llevó a la tumba del señor de Sipán donde no se permiten hacer fotos, razón por la cual no os las voy a enseñar. La tumba del señor de Sipán se descubrió hace relativamente poco gracias a que Walter Alva, el arqueólogo que lo descubrió, rescató unas pequeñas piezas de los huaqueros de la zona. A raíz de esas piezas se acercó a los túmulos que había en la zona y comenzó las prospecciones que dieron como resultado dos tumbas de señores de allí, una el más viejo y otra el más joven, con un inmenso tesoro. En el museo se pueden observar no sólo los tesoros, sino las mismas momias y explicaciones sobre su descubrimiento y las costumbres de la gente que los enterró.
No lejos de Sipán, se pueden visitar las pirámides de Túcume. Un conjunto de pirámides de adobe, inmenso que domina la llanura cercana a la costa.



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