martes, 30 de junio de 2009

Llegada y vuelta del zoo de la selva

Las fotos que vienen a continuación son de la llegada y partida en barco de Papa Cocha, el pueblo donde está el mariposario. El río estaba con una luz espectacular y creo que por una vez en mucho tiempo me salieron las fotos que estaba viendo.














después de volver del zoo nos fuimos a tomar un pescado en una casa flotante






domingo, 28 de junio de 2009

la mujer de la jungla

A pesar de que en Iquitos realmente no fui a la selva como tal, no me perdí por ahí entre los árboles y la espesura, tuve un encuentro con la selva mucho más impactante. Gracias a una chica alemana que conocí en el barco y con la que compartí hostal posteriormente, tuve la oportunidad de conocer el mariposario de Pilpintuwasi. Gudrun, una austriaca que debe rondar ya los sesenta, en cierto momento de su vida decidió crear un santuario para las mariposas cerca de Iquitos. Creo la carpa que las protege y evita que se escapen y comenzó a seguir todo su proceso evolutivo. Cuando ponían sus huevos los trasladaba a otro sitio para que crecieran sin peligro, después cuando se convertían en gusanos los trasladaba a otro sitio y cuando pasaban a ser crisálidas cuidaba que no tuvieran problemas. Había creado un sitio agradable en el que las mariposas se reproducían y vivían felices, pero la agencia estatal de protección de la naturaleza no le dejaban abrir legalmente su zoológico porque era extrangera. Legalmente ella no puede hacer su trabajo pero cada poco tiempo le traen un animal encontrado, salvado de los furtivos o de los vendedores de animales exóticos. Su zoológico "ilegal" ha ido creciendo gracias a estas donaciones y ahora cuenta con un número increible de animales entre los que hay incluso un jaguar. Pero como no es oficial no puede optar a ayudas del gobierno y tiene que buscarse la manera de sacar adelante a toda una prole que come y gasta como el que más. La mayoría de las especies que tiene en el lugar son especies en peligro de extingción y es increible la cercanía que se tiene con los animales. Durante unas horas vives y convives con ellos de la manera más natural. Os pongo aquí la página para que veais el sitio porque es interesante y por si alguien se pasa algún día por aquí http://www.amazonanimalorphanage.org/

Nada más llegar esto es lo que vimos, el oso hormiguero y el mono peleando por un plato de comida.




Desgraciadamente no le pude hacer más fotos al oso hormiguero porque me mordió una hormiga enorme con unas tenazas inmensas y una fuerza descomunal. Para que os hagáis una idea, en el intento de quitármela de encima la agarré y sin querer le arranqué la cabeza pero no soltó las tenazas ni con esas y tuvo que ayudarme un menda de allí a sacármela. Después me contaron que los indios las utilizaban para cerrar las heridas. Parece ser que tienen un antibiótico natural y ademas con las tenazas cortaban la hemorragia y servían de puntos.

Ese animal que veis ahí es el tapir. Así visto parece hasta peligroso, pero cuando le ves como se deja acariciar y el cariño que le tiene a la gente te sorprendes. Es el antepasado prehistórico de los caballos y de los hipopótamos y por lo que contaban muy inteligente.




Todas estas fotos que vienen y uno de los vídeos (espero que se suba), son de las mariposas. Todas las fotos son del criadero menos una que es de la carpa donde viven. No hice demasiadas fotos buenas por eso no las pongo. Pero espero que el vídeo se suba y podáis ver a las crisálidas.






Sin duda los reyes del lugar son los monos. Este que veis primero está en peligro de extingción, pero allí se reproduce sin problemas, aunque la mayoría son traidos. Estos son los más simpáticos y se la pasan jugando con los visitantes, quitándoles piojos y dejándose acariciar. Otros son más curiosos y te hacen carantoñas, juegan contigo, te meten las manos en los bolsillos, te roban lo que puedan, así les enseñaron los niños de la calle para que robara para ellos. Espero que puedan subirse todos los vídeos porque merecen la pena, pero tengo un serio problema con los vídeos y la conexión de internet.



Este es el jaguar. La verdad es que viéndolo así en la foto no me transmite ni la mitad de la fuerzas y la impresión que fue verlo a un par de pasos. No es de extrañar que fuera un animal totémico, un dios y que aparezca en toda la iconografía de los pueblos andinos y mesoamericanos. Encontrarse a uno de estos animales en medio de ese laberinto del que os hablé el otro día debía ser una de las experiencias más fuertes y duraderas de la vida de un ser humano. No le gusta la gente, tan sólo la dueña del lugar que le da enormes filetes de vaca. A todos los demás los recibe con los dientes y una mirada que literalmente mata y que no me extrañaría que fuera capaz de paralizar a la gente. De no ser por la reja que nos separaba hubieramos muerto ahí mismo en cuestión de segundos. De hecho contaba la historia de un turista estadounidense al que se le advirtió de no pasar una pequeña valla que hay, a pesar de lo cual lo hizo cuando se dieron la vuelta. metio el objetivo de la cámara porque quería una foto del jaguar sin la red y este saltó una distancia más o menos de 6 metros y alcanzó a desgarrarle la mano, así, en un segundo.


Esta liana que veis aquí probablemente os resultará conocida y ya la habéis visto en este blog. Es la ayaguasca que por todas partes crece libre aquí, y que lo haga por muchos años.

viernes, 26 de junio de 2009

la carretera de los kilómetros

A las afueras de Leticia está la única carretera que hay en el lado colombiano de la selva. Se llama la carretera de los kilómetros. El proyecto era hacer una carretera de unos 100 km que se adentrara en la selva. En realidad no iba a ningún sitio, simplemente se adentraba en la selva sin más. El caso es que cuando se paró la construcción se habían hecho unos 22 kilómetros, ahí se quedó, nunca más se ha sabido ni del proyecto ni del dinero. El gobernador responsable de la obra está ahora en Bogotá preso, no por esto solamente, pero si en gran parte.
A los márgenes de la carretera se han instalado diferentes comunidades, tanto indígenas como mezcladas que viven pegados a la carretera.









jueves, 25 de junio de 2009

el viaje.

Así que compré el billete, hice la maleta y, sin mirar atras, tomé el camino del puerto. El bote sale a las cuatro de la mañana, así que hay que levantarse sin luz, parar la primera moto que pase y con la mochila a la espalda cruzar la frontera hasta el puerto donde una barquita te cruza el río hasta Santa Rosa que ya es Perú. Allí, a la luz de las bombillas y dormido todavía sellas el pasaporte entregas tus maletas y te sientas en tu asiento. Es de noche así que en breve vuelves a caer dormido mientras poco a poco el cielo empieza a clarear. El viaje son unas 10 horas hasta Iquitos, el paisaje la selva, el río. Una repetición constante de agua, de verde y de cielo que acaba hipnotizando la mirada. Así andaba yo, medio dormido, como todo el barco, mirando plácidamente por la ventanilla cuando de pronto me sentí impulsado para el frente. Todo el mundo se quedó seco, mirándose entre soñoliento y curioso. Cuando miramos por la ventana vimos que estabamos parados en medio del río, a un lado la orilla estaba a muchos metros y por el otro lado... también. Los motores empezaron a sonar con fuerza, ahogándose, rugiendo, pero nada. El barco no se movió. Poco a poco iban surgiendo ideas distintas, había quien decía que todos a la proa para que la parte de atrás se levantara y pudiera salir, había quien decía que todos al río para empujar, pero claro eso costó mucho, costó que después de media hora no nos hubieramos movido ni un centímetro. Finalmente toda la tripulación masculina descendió, se arremangó los pantalones y empezamos a empujar el barco. Poco a poco lo sacamos de la isla en la que se había metido, algunos cayeron en pozas, otros fueron empapados por el barro que levantó las hélices del barco. Una vez que todo el mundo subió seguimos viaje a Iquitos.