Así que volví a Bogotá, y esta vez ya para irme porque ya había sobrepasado los dos meses del visado de largo y cada vez me quedaba menos tiempo para estar en Leticia. Por un lado tenía ganas de comenzar de nuevo el viaje, de llegar de una vez a Perú... pero por otra no me apetecía irme, a pesar de todo le había cogido cariño a Bogotá a pesar de su lluvia, su jaleo en las calles, lo amable del caracter de la gente... Me sentía un poco como en casa y el cuerpo no me pedía abandonarlo. Probablemente no pensaba lo mismo la familia de Manuel que pacientemente me había aguantado todo este tiempo y no veía el momento de que me fuera... ;-). Desde luego si era así no me lo hicieron ver en ningún momento, y eso que ya sabeis todos que no soy fácil de aguantar. Un abrazo muy fuerte para todos, muchas gracias por todo, gracias por las arepas de la mañana y el ajiaco de la tarde, por haberme recibido, por haberme hecho sentir en casa y porque me haya sentido triste de haberme ido. Eso debe ser buena señal ¿no? Espero veros pronto en algún sitio ya sea en Colombia o en Madrid.
sábado, 13 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario