Bueno supongo que más de uno habrá oído, y si no lo habrá leído en este blog, que hace no mucho en Perú hubo unos enormes disturbios. El decreto ley que el gobierno de Alan García impuso a los peruanos iba dirigido a explotar las reservas petrolíferas de la Amazonía. El problema es que nadie dudaba de que no iban a ser los indigenas los que vieran los beneficios. En el tumulto que se generó se juntaron todos, las asociaciones indígenas que poco a poco y siguiendo ejemplos claros como Bolivia van consiguiendo cierta unidad de acción, los partidos de izquierda y opositores a Alan García y otras fuerzas que aprovecharon la ocasión para intentar desestabilizar al gobierno. Siguiendo una vieja tradición peruana y sudamericana, el gobierno negoció con torpeza, ignorando las reclamaciones de los indígenas que no retrocedieron un centímetro en sus exigencias y en sus protestas, bloqueando carreteras. La situación ya se prolongaba un mes largo cuando de pronto el gobierno apretó más las tuercas y, pensando que iba adar un golpe definitivo a las protestas, intentó desbloquear una de las carreteras. Para ello no tuvo problema en utilizar la fuerza y comenzó el tiroteo. Como resultado murieron un número todavía desconocido de indígenas y los hospitales de la zona se llenaron de heridos de bala. Los indígenas contestaron con arcos y flechas y masacraron todos los policías que pudieron encontrar en escenas que más parecían de la guerra de Irak que de una revuelta interna. Policías apaleados, desnudados y linchados en la calle, expuestos como espectáculo. En fin, Perú conmocionado. Por supuesto que al principio todos los diarios y todos los políticos lo único de lo que hablaban era de los policías muertos. Parecía como si no hubieran muerto indígenas, se negó de hecho hasta que alguien grabó como la policía se deshacía de cuerpos en medio de la selva. El dirigente indígena fue puesto en búsqueda y captura y tuvo que pedir asilo en la embajada chilena para ir a Venezuela. Se le acusa de azuzar a la población y se le culpa de lo sucedido.
Finalmente y después de manifestaciones y protestas en todo el país, el decreto se revocó. Triste pensar en el precio, parece demasiado alto.
Las fotos son de Lima, en plaza de Francia se había hecho una convocatoria a la que respondieron todos los grupos de izquierda pensables. se reunieron y cuando tuvieron suficiente fuerza salieron a recorrer el centro de Lima. Pero no fue el único sitio donde encontré estas manifestaciones. Días más tarde en Huaraz, en medio de la sierra me topé con otra gran manifestación de todas las asociaciones políticas y culturales de la ciudad, protestando por la matanza.
Estas son las fotos de Huaraz, en el callejón de Huaylas.
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